Si del cielo caen limones, aprende a hacer limonada


Veranito, sol, calor, muuuuuuuuuuuuuucho calor... amor, sexo, rock n'roll.... En esta época del año es casi obligado pasarlo bien, sentirse más vivo que nunca y disfrutar de cada momento. Spots publicitarios que te transportan a lugares de ensueño, bebidas refrescantes y mágicas que te hacen más fashion, más guapo, más guay... Chicas y chicos de infarto que no sabes dónde se esconden por las calles... Y las vacaciones, las deseadas y largamente esperadas vacaciones, planeadas o no, en compañía o a solas, un espacio vital para hacer lo que nos venga en gana...

Pues me resulta muy curioso que justo en este marco incomparable para el disfrute, la diversión y el relax son muchos ya con los que he mantenido conversaciones profundas y en ocasiones, un tanto deprimentes... Y es que el tiempo libre es lo que tiene, que tenemos que convivir más con nosotros mismos y con los demás, que no hay excusas para posponer aquellos temas que durante el año nos rondan por la cabeza y mantenemos en el más absoluto ostracismo mental y emocional. Es en estos tiempos de menor actividad en cuándo vuelven con más fuerza y del cielo empiezan a caer sobre nuestras cabecitas amargos limones que nos devuelven a la realidad, pero a la de verdad, a nuestra vida tal cual es, sin excusas ni escondites a dónde escapar.

Y es entonces cuando nos enfrentamos a una paradoja vital que nos angustia: se supone que deberíamos estar contentos, alegres, disfrutando y lo único que podemos hacer es sucumbir a esos limones "asesinos" que nos bombardean día si, día también, con las preguntas del millón:

- ¿Soy realmente feliz?
- ¿Cuándo elegí la vida que llevo?
- ¿Amo a mi pareja o nos hemos acomodado?
-¿Me ama ella a mí?
- ¿Por qué sigo trabajando en algo que no me apasiona?
....

Un limón, medio limón, dos limones, medio limón, tres limones, medio limón... Y así, vamos tirando, vamos sumando derrotas y esquivando ahora uno y recibiendo el impacto brutal de otro más allá... En fin, un asco de verano... un asco de tiempo libre para el disfrute.

La buena noticia de todo esto es que la solución a la lluvia de limones vitales que nos agobian la tenemos nosotros mismos, está en nuestro interior. Y es que en nuestra mano está hacer una refrescante y dulce limonada que nos revitalice y, de paso, podamos compartir con nuestros seres queridos. Algunos ya saben la receta muy bien y por eso el verano y el tiempo libre es lo que debería ser, un tiempo especial, un regalo anual para el disfrute personal. Otros estamos aprendiendo, no siempre sale en su punto pero como mínimo los limones caen en el cesto que toca, los exprimimos a tiempo y no nos sacan un ojo del porrazo. Por último, otros todavía se encuentran desorientados, magullados y aturdidos por una lluvia de limones que puede llegar a enterrarlos si alguien no los remueve a tiempo.
Moraleja: "Si del cielo caen limones, aprende a hacer limonada"

Y lo más importante, acuérdate de invitarme...

;)

Un fuerte y refrescante abrazo!

Elena

CANTO A MI MONTAÑA

CANTO A MI MONTAÑA

A ti, montaña,

que me regalas aliento,

cada vez que conecto

con tu alma absoluta,

montaña, tú,

que pétrea observas,

nuestras diminutas áureas,

que te aman, te acarician,

te respetan y te sienten,

mientras otros,

ciegos, malditos y necios,

sin conciencia te maltratan.



A ti montaña te canto,

por cubrirnos con tu manto,

por dejarnos respirar

tu eterna sonrisa,

que libera y eleva como nada

nuestros cautivos espíritus,

olvidados todos,

en este mundo,

hecho de cemento y prisa.



En este día, montaña,

comulgo con tu mirada,

y me fundo con tu esencia,

sincera y muy bien armada,

llenándome en tu presencia

de tu belleza ondulada,

tú que eres mi montaña,

limpia, pura y transparente,

¡de ti ando enamorada!

Montaña, querida eres

y hoy te doy las "muchas gracias",

por brindarme tu luz blanca,

por iluminar mi ser,

por mil senderos en mente,

por llenar mi corazón,

de este precioso presente.

Mi bien amada montaña,

tú me transmites la fuerza,

para seguir persiguiendo

mis ilusiones y sueños,

y en ti, contigo, conectando con tu alma,

siento que mis efímeros actos

se tornan con más sentido,

en este enorme mundo,

lleno de tantos imperdonables olvidos.



Montaña, querida tú,

no me dejes nunca sola,

que quiero sentirte siempre,

aquí, allá, dondequiera que yo esté,

porque tú me das aliento,

a ti, montaña, te canto

y como nadie te siento,

porque tú me das la fuerza,

comulgo con tu mirada,

mi bien querida montaña,

alabada por mi eres,

y este día y mil y una albas,

a ti, montaña, te entrego

mis más sinceras gracias.




Recuperar nuestros pequeños grandes tesoros

Ayer observaba a una abuelita bailando alegremente con su nieta de seis años... Ambas seguían el ritmo de la música a su manera, una iba para un lado, la otra iba para otro... pero ambas parecían sonreír al unísono, una sonrisa de felicidad que me impactó de verdad.
La imagen descrita se quedó en mi mente por un buen rato y pensé en lo estimulante que resultaba ser niña, con todo aún por descubrir... Todo el mundo parecía abrirse a mi mirada, todos los caminos estaban aún por recorrer y por recibir todas las sorpresas que la vida me había preparado para los próximos años. Solía pensar (y por fortuna, aún lo pienso...) que viviría 100 años y que en todo ese tiempo podría hacer todo lo que quisiera... Y esa niña me recordó aquella estimulante situación infantil donde todo "se puede".

La abuelita, con mucho ya descubierto, me recordó a la mía, con la que he compartido largas conversaciones (últimamente, menos de las que me gustaría) y que me ha enseñado a apreciar los pequeños detalles de la vida cotidiana que, al final de la película, dice que se convierten en los grandes tesoros de la vida de una persona. Aquella abuelita, bailando alegremente con su nieta, transmitía el sosiego de una vida vivida que todavía tiene mucho camino por delante, aunque ese camino es ahora muy especial porque la experiencia seguramente le habrá enseñado que ese baile con su nietecita de 6 años es un gran tesoro y que como tal debe disfrutar al máximo...

Y yo, en medio de esos pensamientos, en menos de la mitad de mi vida, añoraba la inocencia estimulante de esa niña de 6 años que "todo lo puede", esa niña que dibujando en un trocito de servilleta soñaba con ser un hada, una bailarina y una princesa, ¡con su príncipe y gatito mágico y todo!. Y también envidiaba la experiencia y sabiduría de la abuelita, que sabe vivir el día a día con alegría, sosegada, sin más ambición que disfrutar de una vida feliz llena de pequeños detalles cotidianos junto a los suyos...

¿Por qué se nos olvida tan a menudo lo preciosa que es la vida cotidiana? ¿Por qué ocupamos nuestros días en soñar grandes cosas para una vida que pasa minuto a minuto por delante de nuestros ojos, mostrándonos grandes tesoros que, soñando en el futuro, dejamos escapar?

Amigos, me quiero acostumbrar a vivir la cotidianidad de forma intensa, deseo perder el hábito de planificarlo todo, necesito percibir que no dejo pasar los tesoros que la vida me regala cada día... Por ello, estas vacaciones voy a hablar más con mi abuelita, voy a relajarme sola con un baño terapéutico en el agua salada del mar, voy a estirarme en la cama a escuchar mis canciones favoritas... voy a recuperar un montón de pequeños tesoros e intentaré que cada día mi jornada sea más rica, no en aspectos materiales sino en los tesoros personales que realmente son los que me aportan mayor felicidad.

Un fuerte y cariñoso abrazo (tesoro número 1 de la semana = compartir todavía más con mis amigos)

Historia Prestada 1: La chica del tren

¡Hola a tod@s!

Hace tiempo que quería incorporar al blog una sección llamada "Historias Prestadas", ya que fruto de la retroalimentación que experiemento con muchos de mis amigos (de este blog y de fuera de él), recibo en ocasiones textos que merece la pena compartir.
Inaguro esta sección con un precioso texto de mi amigo D. (con su permiso, espero que le parezca bien - si no es así me lo dices y lo descuelgo de inmediato, querido D.).

Ahí va, disfrutad de su riqueza emocional y literaria. ¡Gracias D!

Estudiaba en la universidad de Girona y durante unos meses cogía el tren como medio de transporte, dos o tres días a la semana. Empleaba el tiempo del viaje, en repasar ejercicios, leer libros y en mis minutos de desconexión… pues me fijaba en el interior del vagón. En la gente, en sus peculiaridades y actividades o miraba por la ventana. Pasaron semanas y fui reconociendo a los más habituales. Somos animales de costumbre y la mayoría coge si es posible, los mismos asientos en los mismos vagones.

Había una chica, morena de una mirada liquida e intensa tras unas gafas de los años 50. Con tejanos, un abrigo de marinero, bajo el cual llevaba un suéter de colores. Una carpeta con apuntes y unos cuantos libros. Llamo mi atención y la observe en mis “recreos” durante el viaje. Empezó un divertido juego, no sabría decir cuando… Miras descuidadamente tus apuntes y levantas la mirada… ves que te está mirando y rápidamente, ella, la desvía, para posarla en su lectura. Sonríes y la miras durante un ratito, esperando que vuelva a levantar sus ojos de esas páginas que ahora centran su atención. Y cuando estas apunto de desistir… deja de observarlos y sus ojos se dirigen a ti. Esta vez soy yo el que en un acto reflejo, disimulo y continúo la mentira en forma de estudio. Noto el corazón palpitando… y me pregunto, ¿por qué estoy acelerado? Quiero mirarla, pero hay algo que me lo impide. Sube la tensión hasta que rompe la pose y volvemos a cruzarnos con la visión del uno al otro. Esta vez aguantamos ambos unos largos segundos… y sonreímos casi al unísono agachando nuestras cabezas. Mientras uno tras del otro nos hundimos en nuestras lecturas.

Eso se repitió varias veces ese día. Varios días ese mes… Era nuestro ritual… Un precioso juego de seducción, sin utilizar palabras, solo pupilas encontradas. Se acercaba el final del curso y así mis viajes en tren hacia Girona. La última semana de ir a clase, decidí llegar un poco más tarde, o un mucho…me espere y baje en su estación. Deje que ella fuera delante, sin percatarse de mi presencia. Al llegar a los tornos, se encontraba un revisor pidiendo los billetes. La vi retroceder con cara de circunstancias. Me acerqué a ella y le pregunté si tenía billete, a lo que respondió con sorpresa por mi presencia, que no. Le susurre, no te preocupes. Fui al revisor y le comente que no había podido comprar el billete para mi amiga y que habíamos subido juntos y en el tren no había pasado nadie para comprarlo. Al enseñarle mi acreditación de empresa, nos hizo pasar sin problema. Ella me dio las gracias y con una mirada al alejarse se despidió moviendo la mano mientras se alejaba. Creo que mas turbada que yo…

A los dos días, nos volvimos a encontrar en el tren y simplemente interpretamos el mismo ritual, más intenso, sin atisbo de disimulo… pero yo no me atreví a acercarme y ella tampoco lo hizo. Al llegar a mi estación, ella se levanto y me dio un pequeño papel que dejo en mi mano como si de una caricia se tratara. Lo guardé en mi puño y me fui con una sensación muy bonita hacia la universidad. Una vez allí vi su nombre y su teléfono.

Pero la historia termino en ese pedacito de papel, corrió su misma suerte… tenía un agujero en mi pantalón. Al llegar a casa no volví a encontrar la preciada nota. Y aunque incluso unas semanas más tarde cogí el mismo tren tan solo para volver a encontrarla, eso nunca ocurrió.

La vida no es una línea recta del nacimiento a la muerte...

Buenas tardes amigos,

Quisiera compartir con vosotros un pequeño fragmento de la escritora Lise Heyboer.

Cuando nos hacemos mayores, nos damos cuenta de que el mundo es inseguro y cambiante y que nada externo puede ser la base de nuestro bienestar. Es entonces cuando las personas empezamos a buscar en nuestro interior, esa paz y serenidad que tanto necesitamos. De este modo, la exploración de nosotros mismos nos descubre nuevos horizontes emocionales que nos aportan nuevos sueños e ilusiones, los cuales se presentan como infinitos... La riqueza y fortaleza interior se fundamenta en el cultivo de nuestras almas, que se vuelve "nuestro hogar" en tiempos difíciles...

Disfrutad del fondo de las palabras de Heyboer:

La vida necesita ritmo y estructura, pero no acepte que éstos sean rígidos, porque entonces no estarán vivos. Haga su propia música, cree un jardín como un cuento de hadas, cocine una cena de reyes, ame como Romeo. Cuando uno abandona el camino corriente esculpe un paisaje en el alma y la vida ya no es una línea recta del nacimiento a la muerte. Surge un paisaje con montañas y campos que dan estructura y energía al alma. Más tarde, todo se poblará de ricas memorias..."
Que tengáis una feliz tarde!

Elena

¿Nunca es tarde para volver a empezar? Quizás sí pero yo sé que estoy en el buen camino


Hoy pensaba en el refrán: "nunca es tarde si la dicha es buena" y también en la frase popular: "Nunca es tarde para volver a empezar". Y me preguntaba: ¿Seguro?
En cada tropiezo o desilusión, nuestro corazoncito se va endureciendo y nuestro espíritu pierde un poco más de confianza y de inocencia. Ya sé que esas son barreras y miedos que vamos incorporando y que debemos aprender a superar pero lo que es indudable es que ya "nada será lo mismo" y "volver a empezar" haciendo "tabula rasa" no será posible.

Y no será posible porque mi corazón ya ha aprendido a protegerse de los males que ha sufrido y por tanto, yo nunca seré la misma para volver a iniciar el camino sin las barreras emocionales que me cercan.

Y me da muchísima pena porque me encanta recordar cuando cada mañana, mi vida era de color de rosa, ¡qué digo rosa!, era multicolor como el arco iris más precioso del mundo... Sonreía siempre y confiaba en lo que la vida iría poniendo a mi alcance. Mi existencia era una ilusión continua, casi imposible, pero de verdad que era muy muy muy feliz...

Y no me convence la excusa que oponen algunos que me quieren bien a mi continua búsqueda ya que el "estás madurando, es inevitable" no me lo trago, me niego... Y mi batalla diaria es localizar cuándo y por qué fue que perdí la inocencia natural que me hacía vibrar ora sí, ora también, y conseguía que mi mundo se rindiera a la sorpresa que la vida preparaba cada día para mí.

Algunos pensarán que soy una ilusa o que estoy algo "pallá"... Pero yo sé que estoy en el buen camino, porque las personas somos felices cuando nos hallamos en armonía con nuestras almas y es entonces cuando sonreímos y cuando entregamos al mundo, a los demás y a nosotros mismos lo mejor y lo más valioso que hay en nuestro interior...

Otros pensarán, "no has madurado"... Pero yo sé que estoy en el buen camino, porque para qué nos sirve madurar si no dejamos de cargar pesadas rocas en nuestra mochila vital... Todos conocemos bien la Ley de la Gravedad y sabemos que todo tiende a llegar al suelo, así que no nos carguemos de más piedras innecesarias que nos hagan llegar al suelo antes de tiempo...

Quizás algún otro pueda pensar que no tengo nada claro... Y puede que tenga razón, pero yo sé que estoy en el buen camino, porque cuando no tienes las cosas claras, tu destino se va construyendo a cada paso y como el bebé que aprende a andar, cada día es emocionante, cada paso es un nuevo reto y en el caso de que aprendas a andar a los 35 como yo tienes la gran ventaja de divisar varios senderos, infinitos senderos para recorrer, sola o en compañía, por un tiempo o para siempre...

Pero en todo caso, haga lo que haga, nunca seré la misma que ayer para "volver a empezar" aunque yo sé que aún y asumiendo este hecho, estoy en el buen camino, porque lo realmente importante no es empezar de nuevo sino seguir caminando hacia aquellos lugares en dónde nos sintamos más auténticos y más libres.

Un fuerte abrazo,

Elena

Armando las piezas de mi puzzle...

Hoy ha sido un día feliz, hemos celebrado el 87 cumpleaños de mi única y queridísima "yaya Vicentus". Toda la familia nos hemos reunido para pasar un día de domingo muy especial... Se veía a mi abuela tan feliz de estar rodeada por todos los suyos...

Pero yo no me siento del todo bien, en lugar de aprovechar el momento al máximo me he perdido en mis pensamientos varios momentos durante el día, algunos demasiado largos, y ahora no puedo recuperar lo que "me he perdido"...

Me pasa muy a menudo, estoy aquí pero mi cabeza está allá y lo que es peor, mi corazón no tengo ni idea dónde se halla... Es como si mi interior estuviese fragmentado y, al mismo tiempo, me estuviera pidiendo a gritos que lo cohesione, para que no sufra tanto...

Ojalá un poco de Loctite lo arreglara pero creo que en mi caso la labor que debo emprender es algo más compleja y mi camino hasta conseguirlo se adivina largo... Y es que mi interior es como un puzzle desarmado, con miles de piezas de diversos tamaños y colores, unas más gastadas que otras, algunas de formas desconocidas que debería encajar casi por azar para acertar o bien ir probando a riesgo de estropear algunas más conocidas...

En fin, que el puzzle de mi vida está sobre la mesa y, como me ha dicho mi pequeña gran amiga Chiara en varias ocasiones, debo empezar a armar mis piezas, sin prisa pero sin pausa... "Empieza ya Elen, no le des más vueltas, debes empezar a armar las piezas del puzzle, atrévete...".

Y la verdad es que esta noche este símil ha cobrado mucho sentido, porque me siento troceada pero al mismo tiempo compuesta de maravillosas piezas que una vez encajen, formarán un paisaje precioso, el escenario de una vida más madura y consciente, una existencia más sosegada, que es lo que más anhelo.

Algunos de los que me leéis sois piezas imprescindibles en mi puzzle, otros sois nuevas piezas que deseo descubrir, algunos otros sois antiguas piezas que me gustaría encajar de nuevo en mi presente y todos, absolutamente todos, sois piezas que deseo tener en mi vida, hoy y mañana ...

Así que poneros guapos, mostrad toda vuestra magia y los más bonitos colores porque allá voy, a armar un puzzle chulísimo, el de mi vida, que en alguna medida también es la vuestra (el de la pieza que se llama Elena)!!!

Un besote y feliz lunes a todos!!!

Elena

Busca en tu interior, amiga Ele

Buenas noches amigos,

Esta entrada es algo diferente a las demás. Con permiso de mi amiga G., voy a compartir con vosotros una conversación que hemos tenido hace unos instantes... Hoy me sentía algo perdida y triste y gracias a sus palabras he recuperado algo que ya sabía... Somos lo que sentimos y la paz nunca la hallaremos fuera de nosotros sino en el interior de nuestros corazones.

Llevo algún tiempo intentando adivinar por qué no hallo el sosiego y la serenidad que necesito... Mi amiga me ha preguntado: "¿Qué cosas lindas hay en tu vida Ele?" Y yo le he respondido todo aquello que me hace feliz: el amar y ser amada, mi familia, mis amigos, ayudar a los demás, el mar, la montaña, reir, aprender... Le he relatado una lista interminable que hemos concluido para pasar a otra pregunta...

En segundo lugar me ha dicho: "Y ahora Ele, dime qué cosas lindas hay en ti?". No sin dificultades, he empezado a hablar de mi y le he dicho que ofrecía generosidad, entrega, amor, amistad, perseverancia, inteligencia, afán de superación, justicia, espíritu solidario...

Por último, mi querida amiga G. ha concluido: "¿Cuántas veces das las gracias por las cosas lindas que disfrutas en tu vida?", "¿Cuántas veces te das amor a ti misma, después de repartir amor entre familia, amigos, seres a los que ayudas... ? ¿Te acuerdas de amarte a ti misma, Ele?".
No era un libro de autoayuda el que hablaba sino una amiga que me conoce bien, G. ha dado en el clavo de dos áreas que debo desarrollar para concluir con el puntazo final de una reflexión profunda:

"Ele, debemos agradecer por las cosas lindas que tenemos en nuestra vida y saber amarnos también a nosotros mismos y no sólo a los demás. Y si buscas la paz, la serenidad, el sosiego, no la busques fuera, ya que sólo la hallarás en tu lindo interior".

Con mucho cariño (no todo porque hoy me guardo un poquito de amor para mi) y agradeciendo tener la oportunidad de compartir con vosotros en este medio, me despido con un abrazo lleno de energía positiva para que sigáis caminando en la senda del autoconocimiento y el desarrollo personal.

Elena.

El poder de la música

Hola de nuevo amigos,

Hoy hablaré de la música. Cuando era una adolescente descubrí cómo la música me hacía subir al cielo y como me consolaba también en los malos momentos... Era mi amiga, siempre estaba presente y, con ella, todos los sentimientos y emociones que formaban mi existencia se encapsulaban para siempre en una banda sonora para cada momento.
Poco a poco, fui perdiéndola y nuestra amistad (la mía con la música) se fue debilitando... Si por azar sonaba una pieza de "mi pasado", recordaba melancólica y pensaba "qué tiempos..." y me prometía dedicarle más tiempo, ya que mi espíritu la necesitaba... Pero la rutina del día a día me dejaba poco margen, ya que llegaba de noche agotada después de una jornada laboral larga y mi día invariablemente acababa mudo y sin energía.

Cuando era más joven, tenía una canción para cada momento, incluso para cada persona importante en mi vida. Me gustaba ponerle hilo musical a mi existencia y recuerdo aquellas grabaciones directas desde la radio en las que tenía que hacer malabarismos para expulsar al locutor, que siempre cortaba las mejores canciones. En aquellos tiempos la SGAE no estaba tan pesada...

Recuerdo como me sentía vital, enérgica y capaz de todo al cantar a todo pulmón, como si fuese una auténtica estrella del pop... Tenía toda la vida por delante e infinitas composiciones musicales que descubrir. Hoy entiendo lo que hacía la música por mi, potenciaba a tope mi optimismo, mis ganas de vivir... Ese es el poder de la música, que amansa la fiera que todos (sin excepción) llevamos dentro. Algunas fieras son el resentimiento, el hastío, la rabia, la depresión, la tristeza... Todas son amansadas con una buena música.

Y en eso estoy en este mes de julio, me he decidido a poner banda sonora de nuevo a mi vida... Cada mes elegiré una selección de 10 canciones y las asociaré a 10 momentos importantes o especialmente emotivos de ese mes... A modo de diario musical, dicha selección me ayudará a recordar, me inspirará, me motivará de nuevo... gracias al recuerdo de los momentos vividos asociados a cada pieza elegida.

La música me llena el corazón y bailar me motiva y me alegra como pocas cosas lo hacen, sin motivo, puedo levantar el ánimo en pocos minutos. La música, mi música, es muy poderosa... Tiene efecto directo y positivo sobre mi optimismo y felicidad y por este motivo le voy a hacer, de nuevo, un gran hueco en mi vida, en cada uno de mis días.

Un abrazo y un feliz y musical fin de semana!

La "Diferencia Personal" sobre la Unanimidad

Me gusta soñar con un mundo libre, en el que todos dejamos volar nuestra imaginación para sacar lo mejor de nosotros mismos, aportando gran riqueza de ideas y nuevas formas de hacer. Un mundo en el que están prohibidos los estereotipos oprimentes que nos llenan de miedos y paralizan el desarrollo de nuestro ser. Un mundo en el que se premia la diferencia, en el que se incentiva la creatividad como motor de cambios que generan valor positivo para todos. Un mundo en el que las personas sonríen porque están alineadas con su propósito o vocación. La libertad de expresión es su bandera y la alegría de vivir su himno, cantado al unísono por todos.

No entraremos ahora en si la utopía de ese mundo tiene o no sentido, mi intención con este post es poner de manifiesto que, el mundo que soñamos cada uno de nosotros podemos reproducirlo en nuestro propio mundo interior, haciendo de la libertad de expresión nuestra bandera (siempre con respeto, asertividad y otros recursos que nos ayudan a convivir mejor) y de la alegría de vivir el himno que cantamos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. En nuestro mundo interior mandamos nosotros y podemos desterrar los terribles estereotipos que nos pretenden "hacer pasar por el aro".

A cada paso que doy, me reafirmo más en la idea de que soy la exclusiva responsable de mi felicidad y que para ello, la Vida me ha entregado un regalo que hasta hace muy poco no había apreciado en toda su amplitud: soy la dueña de mi destino y este poder personal me otorga "carta blanca" para perseguir mis sueños al más alto nivel.

Habiendo tomado conciencia de ello, día a día me esfuerzo por autodeterminarme, en contraposición a la unanimidad que pretenden algunas normas sociales que para mí, hoy, carecen de sentido y me provocan problemas éticos con los que no deseo seguir viviendo. Poco a poco, voy marcando la diferencia, MI DIFERENCIA, que al fin y al cabo es la única forma en que mi ser, mi esencia personal, puede manifestarse libremente y aportar el mejor de los valores a todo lo que me rodea.

La "diferencia personal" (como la he bautizado) es nuestra marca, la forma con que aparecemos ante el mundo, nuestra seña más profunda de identidad... Hay demasiadas diferencias increiblemente interesantes sofocadas por una unanimidad aburrida y oprimente. Por ello, te animo a que, desde ya, empieces a marcar TU DIFERENCIA PERSONAL, coherente con los valores que deseas desarrollar en tu vida, sean "aptos" o no desde el prisma de la unanimidad de todos los estereotipos que generalmente dominan nuestro destino.

A tal fin, intenta leer cosas que la gente no lee, visitar lugares que la gente no visita, hacer cosas que la gente no hace... La "gente" no es más que la "unanimidad" que no digo que sea mejor o peor pero no eres TU. Potencia tus inquietudes, deja que aflore tu creatividad siempre que puedas, piensa en TU MUNDO IDEAL, descríbelo interiormente y empieza, paso a paso, a sacarlo al exterior, primero con una pequeña acción "transgresora" y después de varias como esa, cuando ya estés completamente alineado, atrévete a SER TU, a mostrarte diferente ante una unanimidad que está integrada por un montón de diferencias que, gracias a tu ejemplo, probablemente saldrán a cantar el himno de la alegría de vivir con la tuya.

Un abrazo y feliz día!

El sentido de nuestras vidas, en busca del tesoro más preciado


“Cuando nacemos, lloramos mientras el mundo se regocija. Vive la vida de manera que cuando mueras, el mundo llore mientras tú te regocijas”

Desde hace algún tiempo que tengo un pensamiento recurrente, que me provoca inquietud e intranquilidad: ¿Cuál es el sentido de mi vida?

Si nosotros no pedimos venir a este mundo y tampoco tenemos control sobre el momento en que nos iremos, nuestra vida debe tener alguna función, alguna razón que le otorgue sentido. Esta cuestión constituye uno de los principales motores de nuestro desarrollo personal, ya que muchos de nosotros vamos en busca de nuestro más preciado tesoro: la autorrealización, que no es más que hallar el sentido de nuestra vida y desarrollarlo al más alto nivel.

Me horroriza pensar en que las semanas, los meses y los años vayan pasando y seguir igual, sin un propósito claro a desarrollar día a día. Poco a poco voy descubriendo que, si nosotros no actuamos sobre nuestra propia vida, ésta se toma la justicia por su mano y actúa sobre nosotros, sin previo aviso y sin preguntarnos si nos gusta o no lo que nos da.

Algo tengo claro, el camino hacia la autorrealización, en mi caso, es hacer aquellas cosas con las que siento que aporto valor positivo a las personas con las que me relaciono. A partir de esta premisa, todavía sigo buscando, aunque poco a poco voy tomando conciencia de que lo que me otorga más felicidad es el dar a los demás lo bueno que hay en mí, sea en forma de amor, comprensión, apoyo, conocimiento… Ya es un principio y estoy satisfecha del mismo.

Un amigo que siempre me aporta interesantísimos puntos de reflexión me hizo la pregunta del millón: “¿Sabes cuál es tu vocación?” Yo le respondí que tenía una ligera idea de lo que realmente hacía bien, de lo que invariablemente me hacía feliz: “Ayudar a los demás”. Pero de eso no se vive (pensé). Él añadió, que estaba seguro de que todos tenemos un propósito en la vida y que el mismo se relaciona directamente con los talentos especiales que nos definen.

Y en eso estoy, atenta a las señales de la vida, para descubrir, paso a paso, cuál es mi vocación con el fin de desarrollar mi persona al máximo y conseguir aportar así un mayor valor a todos los que me rodean.

Un abrazo y hasta pronto amig@s.

Matildita se olvidó de quererse, Matildita se perdió... Y tú, ¿sabes dónde está tu Matildita?

Hola de nuevo amig@s!

Después de tres meses sin escribir (¡tres meses!), hoy vuelvo, feliz por volver a compartir estos maravillosos momentos de "introspección liberada" con vosotros. El motivo de mi ausencia no lo tengo claro pero qué más da, lo importante es que si no he venido ha sido porque estaba en otro lugar y si esta noche estoy aquí es porque, de nuevo, deseo contaros una de mis historias. Aquí os la dejo y espero vuestros comentarios (en especial los de la persona que me inspiró, Pepe Molinero).


Matildita era una niña alegre, extrovertida, generosa y muy querida por su familia y por sus amigos. Era especialmente feliz cuando compartía risas, juegos y aventuras con las niñas y niños del parque, sus compañeros de colegio, sus amigos en los fines de semana y en las vacaciones... Matildita era una niña presumida, creativa, con un gran espíritu aventurero, muy inquieta y con gran capacidad de comunicación. Sus amigos la querían de verdad, era divertida, muy solidaria y en fin, un encanto de niñita.

Matilda hoy cumple 40 años y ha comprado su billete para el tren de los recuerdos... Hoy la encontré llorando, en el compartimento de mi derecha, contemplando el paisaje lluvioso de su memoria. Matilda ha contemplado su vida a través de una mirada demasiado habitual, la de una mujer perdida en su pasado, ahogada en su presente y tristemente escéptica ante su "prometedor futuro".

- Buenos días, ¿te ocurre algo?. Toma, un kleenex, a mi me sobra, acostumbro a llevar un cargamento entero en el bolso (objeto de primera necesidad para mujeres estupendas de 40 cuya vida parece -sólo parece- derrumbarse)

- Hola, muchas gracias. Lo siento, vaya espectáculo estoy dando, suerte que sólo estás tú en el vagón.

- No te preocupes, todas lo hacemos, en mi caso, no perdono un solo día, a veces pienso que lloro por placer... ¿Te puedo ayudar en algo?

- Quiero ser Matildita.

- ¿Y quién es Matildita?

- La niña que perdí no sé dónde, ni cuándo ni mucho menos por qué. No puedo vivir sin ella pero por mucho que viaje cada día una y otra vez en este tren no la encuentro, debe estar en otro lugar más alegre que mi vida actual.

- Ah... entiendo... Y... ¿podría preguntarte dónde la buscas?

- En todos y cada uno de los momentos importantes de mi vida, cuando nacieron mis hermanos, el colegio, el día en que me vino la menstruación, el instituto, mi primer amor, la universidad, mi graduación, mi primer trabajo, mi segundo amor, mi boda, mi separación, mis mil y una decepciones amorosas... Grito su nombre y no la hallo... Estoy a punto de desistir... Matildita se perdió para siempre y mis posibilidades de volver a ser feliz también...

- Matilda, me gustaría sugerirte un cambio. En lugar de buscar desesperadamente a Matildita, en tu pasado y en tu aburrido y decepcionante presente, ¿por qué no dejas que ella te encuentre a ti?

- ¿Y cómo me va a encontrar? Si seguro que ni me conoce... Matildita no se parece en nada a mí, salvo que llevamos el mismo nombre y en un tiempo ya muy lejano lo compartimos todo.
- Yo te ayudaré. Cierra los ojos... Relájate... Respira... Recuerda la imagen de Matildita, jugando, riendo, soñando una vida feliz... Dibuja su risita en tu boca... Siente el brillo alegre de sus ojos en tu propia mirada... Respira lentamente, recordando todos y cada uno de los grandes momentos que compartistéis... Abrázala porque lo necesita necesita... Matildita es muy cariñosa... ¿te acuerdas? No le exijas demasiado, ella ya es muy inconformista y autoexigente... Va a tope, siempre... Juega con ella, aplaude cuando caiga y cuando se vuelva a levantar... Matildita es única... Y quiere volver a estar contigo...

- Pero esto es sólo mi imaginación, Matildita ya se fue, ahora sólo queda de ella un nombre propio sin sentido, hoy Matilda es un vacío cubierto por una gran carcasa de lo que "debió ser Matildita", que nada tiene que ver con lo que realmente "quería ser Matildita".

- Tienes razón, Matilda, es sólo tu imaginación la que no te deja ver que, con el paso de los años, con tus acciones, con la atención a tus miedos, con la entrega de tus dones a quien no lo merecía... has formado una gran carcasa que han cubierto tu gran tesoro: la unicidad de Matildita, una niña especial que lleva mucho tiempo olvidada...

- ¿Y dónde está ahora? Se fue para siempre... no volverá... es imposible...

- Sólo si tu quieres, preciosa... ¡Vamos a acabar de intentarlo!. Pon tu mano encima de tu pecho... ¿Puedes sentir su corazón? Volvamos a su risa, blanca y transparente, sincera... Y a sus verdes ojos, que no tienen miedo y están llenos de ilusión y alegría... ¿Puedes sentir sus manitas tocándolo todo? La inquietud de Matildita no tiene límites... Y sus abrazos... ¿qué me dices de esos abrazos de oso que regala a todos los que la rodean?

- Es increíble... ya puedo sentirla... y me está mirando... y me sonríe... ¡¡¡no puede ser verdad!!!, ¿de verdad estás aquí Matildita?

- Matildita, has vuelto y ahora está en tu mano no volver a perderte jamás. Matildita eres tú Matilda, y Matilda, tú eres Matildita... Esto no me lo he inventado yo ni es fruto de tu imaginación... Todos llevamos a nuestro niño interior dentro de nosotros pero en lugar de atender a sus alegres gritos y a veces, tristes lloros, estamos demasiado ocupados en resolver "problemas importantes" que no hacen más que agrandar la carcasa que ciega nuestra inocencia, nuestra alegría natural, nuestros verdaderos sueños... La conciencia primaria de nuestro niño interior descubre muchos secretos para hacer que nuestra vida sea coherente con quienes realmente somos y con lo que realmente deseamos...

- Querida amiga, muchísimas gracias por este maravilloso ejercicio... Este kleenex será como un talismán para mí, hace un rato secó las lágrimas de una Matilda adulta llena de miedos, de sueños rotos, de decepciones acumuladas... A partir de ahora sólo lo sacaré para secar los mocos de mi Matildita, que vendrá refunfuñando porque he interrumpido sus juegos... Entonces la acariciaré, le limpiaré la naricita y le diré: Matildita, sueña, ríe, salta, vuela... No tengas miedo de ser tu... Tú eres única y especial y yo siempre estaré aquí para protegerte de una Matilda que no quiero que vuelva nunca.

Y así fue como Matilda recuperó a su niña interior y prometió cuidar de ella por el resto de sus días.

Se ha escrito mucho acerca de los efectos más o menos terapéuticos de la "memoria feliz". Matildita es la "memoria feliz" de Matilda y es un anclaje excepcional para recuperar la ilusión en los momentos difíciles. Todos tenemos la posibilidad de volver a atender a nuestro niño/a interior ya que, por mucho que crezcamos, nuestras emociones más sinceras no dejan nunca de ser las mismas que teníamos cuando éramos niños, ya que son las más auténticas y las que están mejor conectadas a nuestra esencia personal".

Un fuerte abrazo y os deseo una muy feliz semana. Ah! Y bienvenidos todos los niños interiores que lleváis dentro, espero conocerles muy pronto...

Ser y estar o tener, esta es la cuestión


Después de varias semanas sin post, esta noche mis dedos se han lanzado sobre el teclado para compartir con vosotros una reflexión que venía pensando hace un rato, en un paseo nocturno a media noche.

A medida que vas conociendo a personas y te abres a ellas en conversaciones profundas sobre la vida en general, vas descubriendo que todos tenemos "cuentas pendientes", todos tenemos "sueños por realizar", todos estamos en un camino de aprendizaje continuo, consciente o inconsciente. Y la mayor o menor felicidad que percibo en las personas no se fundamenta tanto en cuestiones relativas con "tener" sino en aspectos relacionados con el "ser". La felicidad (o "bienestar espiritual", como me gusta llamarla a mí) se puede sentir en presente (viviendo el momento) o en pasado (recordando el momento vivido). En cuanto al futuro, sólo se puede pensar o soñar una "hipotética" felicidad que, eventualmente, está por llegar. Y si analizamos el contenido de estos tres sentimientos (vivir felicidad, recordar felicidad y anhelar felicidad) podremos observar los diferentes grados de intensidad de las emociones y sentimientos positivos que estos estados nos producen.

Generalmente, cuando vivimos la felicidad (presente), si se trata de momentos relacionados con el "tener", el bienestar producido suele ser efímero, ya que suele agotarse a los pocos días (incluso horas) de haber obtenido aquello que hemos conseguido poseer. En cambio, si vivimos una felicidad derivada de relaciones nutritivas y placenteras con personas a las que queremos o relacionadas con experiencias vitales como, por ejemplo, el disfrute de un día en el mar o en la montaña o el placer de desarrollar nuestra creatividad o vocación artística, es una felicidad que generalmente permanece y, si tenemos suerte, se convierte en ancla positiva para enderezar el barco de nuestra vida cuando las cosas no acaban de funcionar. Personalmente, mi carácter optimista se refuerza al tomar conciencia de los pequeños placeres de la vida que me aportan bienestar y que (casi siempre) están al alcance de la mano de todo aquel que se tome la molestia de observarlos y apreciarlos. Yo les llamo "mis pequeños tesoros" y absolutamente todos están integrados por aspectos de la vida relacionados con el "ser" y no con el "tener".

Con relación al recuerdo de la felicidad vivida (pasado), ¿en qué solemos pensar, en las cosas que teníamos o en las cosas que hacíamos, con quién disfrutábamos el momento, cómo éramos...? Estoy segura que la gran mayoría de vosotros os recordáis felices con personas a las que queréis, disfrutando de aquel momento especial, reviviendo aquella conversación tan profunda o aquel "beso de verdad", imaginando de nuevo aquel amanecer tan espectacular que nunca has vuelto a disfrutar... De esta forma, el pasado "feliz" que se fija en nuestra mente suele estar formado por momentos relacionados con el "ser" o el "estar"... ¿no crees?
Por último, cuando anhelamos felicidad (futuro) es cuando cometemos más errores... Solemos dejarnos arrastrar por los impactos de la publicidad, las modas, los estereotipos sociales, los grupos a los que pertenecemos... Solemos imaginar la felicidad que se supone que deberíamos soñar pero ésta, en muy pocas ocasiones, está reflexionada a conciencia con base a unos valores bien asentados y fundamentada en un proyecto de vida bien definido. Vamos dando tumbos de aquí para allá, movilizados por ofertas, promociones, propuestas de amigos.... Pero en escasas ocasiones visualizamos con claridad nuestros propios sueños y nos limitamos a aceptar los sueños de terceros, interesados e impuestos y que, a simple vista, creemos que nos harán más felices... ¿Y qué ocurre cuando tenemos la suerte de materializarlos? Desde mi experiencia, os diré que absolutamente siempre me he sentido decepcionada, ya que conseguir los sueños que no son propios aporta una felicidad vacía y un sentimiento de esterilidad espiritual que cada vez se me hace más insoportable.

Mi conclusión de toda esta reflexión es que lo que me hace feliz hoy es ser o estar y que tener, a la larga, siempre me ha decepcionado. Además, adopto el aforismo latino "carpe diem" (aprovecha el momento), la actitud optimista ante la vida que da nombre a la película "La vita e bella" y me recreo en ocasiones en recuerdos de momentos felices vividos (para recuperar mi centro de bienestar espiritual, buscando en el presente todas aquellas personas o cosas que creo pueden aportarme sentimientos y emociones similares a las que ya me hicieron sentir feliz). Por último, trato de desterrar al más radical ostracismo el anhelo de felicidad futura, porque hoy no existe y eso es lo que cuenta. Como decía Escarlata O'Hara en "Lo que el viento se llevó"... en cuanto a la felicidad futura se refiere: "ya lo pensaré mañana".

Mejor vivir sin miedo


"Sin miedo sientes que la suerte está contigo,
jugando con los duendes, abrigándote el camino,
haciendo a cada paso lo mejor de lo vivido,
mejor vivir sin miedo"

"...No hay sueños imposibles ni tan lejos,
si somos como niños, sin miedo a la locura,
sin miedo a sonreír"

(Rosana)


Hola amigos,

¿Qué tal vuestro día?

Hoy me gustaría hablar sobre el miedo. La RAE lo define como "perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario".

Pongamos atención en la última parte de la definición: "riesgo o daño real o imaginario". Aquí está el quid de la cuestión. El miedo suele ser una sensación generalmente "incontrolable", que nos altera la conducta y nos coloca en situación de alerta. Todas las personas sienten miedos, al igual que los animales, pero en el caso de las personas nos hallamos ante dos tipos de miedo: el miedo racional (fundamentado en un riesgo o daño real) y el miedo irracional (fundamentado en un riesgo o daño imaginario).

Si bien el miedo, en todos los casos, se desata por un mecanismo cerebral que se produce en nuestro sistema límbico (encargado de regular las emociones, la lucha, la huida o la evitación del dolor, como formas de garantizar la supervivencia más básica), en casi todas las situaciones cotidianas en que lo sentimos, el miedo NO se fundamenta en motivos de riesgo o daño real (miedo racional), sino que es casi siempre provocado por la imaginación de dicho daño o riesgo (miedo irracional).

Cuando era pequeñita, me despertaba a menudo por las noches y arrancaba a llorar y a gritar, al descubrirme sola, sentada en la cama, a oscuras y sintiendo verdadero miedo a fantasmas, bichos y otras imaginaciones. Obviamente, el miedo que sentía de niña era un miedo irracional 8no fundamentado en ningún riesgo o daño real), comprensible por la edad. Mi madre venía, encendía la luz, me abrazaba, me daba un beso y esperaba a que volviese a dormir plácidamente.

El problema es que el miedo irracional nos sigue acompañando cuando somos adultos. Si no tomamos conciencia del mismo y desarrollamos mecanismos de defensa ante el miedo irracional, no dejamos de imaginar riesgos y daños que ni se han producido ni se van a producir nunca, pero los mismos nos paralizan y nos agreden interiormente de tal forma, que incluso nos cambian, nos pueden arrebatar la ilusión, la sonrisa y nuestros más preciosos sueños de vida. Y el problema es que ningún abrazo ni ningún beso calman dicho miedo y nos vuelven a un sueño plácido como cuando éramos niños.

En cuanto al miedo racional, no debemos obviarlo. Este miedo (a diferencia del anterior) es un miedo sano, que nos protege, colocándonos en alerta para no sufrir un daño real, presente o ante el riesgo identificado de un daño que se producirá en un futuro inmediato. Ante este tipo de miedo (que es el que también experimentan los animales), debemos ser prudentes, cautelosos y utilizar todos nuestros recursos personales para hacerle frente.

Por el contrario, el miedo irracional indicado no lo debemos combatir con la acción sino con la reflexión. Debemos analizar cuáles son los motivos reales de ese miedo (si los hay). Muy probablemente, si intentamos dejar de sentir por unos momentos y pensamos en la sensación y los motivos que la han provocado, nos daremos cuenta que es un daño o riesgo que sólo está en nuestra imaginación, en nuestra mente y, de igual forma que hemos creado ese pensamiento, podemos trabajar para crear el contrario, cerrando la puerta al miedo con una sonrisa que dice "que tonto/a he sido".

Como dice la canción de Rosana, "mejor vivir sin miedo" (sin miedo irracional).
Un video inspirador sobre el tema: "Atrévete a dar ese paso" (en la barra lateral derecha de este blog, en el apartado "Algunos videos para pensar")

Un fuerte abrazo.

"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar" (Paulo Coelho)

" De lo que tengo miedo es de tu miedo" (William Shakespeare)

"El que teme sufrir, ya sufre el temor" (Proverbio chino)

"El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro" (Woody Allen)

"El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son" (Tito Livio)

"El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo" (Alain)

La culpa tiene la culpa de todo

¡Hola de nuevo amigos!
Hoy estaba reflexionando acerca de la culpa, ya que una amiga me pidió hace unos días que escribiese algo sobre el tema. La verdad es que es un sentimiento que he experimentado muchísimas veces, de una forma descontrolada y que siempre al final se descubre como totalmente improductivo, enemigo de la realización de una vida plena.

La culpa consume nuestra energía, enturbia nuestra gracia y puede llegar aniquilar nuestra ternura. A cambio, nos obsequia con otras formas de sentir, que son sus primas hermanas: la ira, el resentimiento y el odio (odio a los demás y, lo que es peor, odio a nosotros mismos).

La culpa es un sentimiento negativo, un zulo lleno de zepos emocionales que nos atrapan y nos dañan irremediablemente. Nuestro tiempo es un tesoro que no podemos malgastar en sentirnos culpables o en culpar a los demás de nuestros problemas o fracasos. La vida nos obsequia con las adversidades cotidianas para que seamos valientes y progresemos, evolucionemos, crezcamos con alegría. Por favor, no te instales en la culpa, es uno de los sentimientos más cobardes e indignos que he conocido.

Y si te preguntas: ¿Para qué sirve culpar? Por mi parte, no se me ocurre ninguna respuesta positiva. ¿Nos ayuda la culpa a desarrollarnos? Para mí es precisamente lo contrario, la culpa suele ser "la culpable" de nuestro subdesarrollo personal y del de nuestras relaciones con los demás.

Otra pregunta: ¿Te reconforta la culpa? O quizás ¿Es la culpa la que te refugia en un ser que dista mucho de la persona en que deseas convertirte algún día?

Y por último: ¿No te parece que la culpa te paraliza? Personalmente, siempre que la he experimentado me he perdido en un mar de dudas, inseguridades, tristeza y miedo y nunca me ha servido para solucionar mis problemas, para avanzar, para ponerme en acción.

Por lo tanto, puedo declarar y declaro que LA CULPA TIENE LA CULPA DE TODO y es un "sentimiento-desecho" que debemos eliminar de nuestra alma para limpiarla y volver a creer en nosotros mismos y en los demás. La culpa no sirve para nada, ES UN SENTIMIENTO INVÁLIDO que nos aleja de nuestros sueños y nos roba nuestra luz personal.
Amigo, amiga, elimina de tu vida a la culpable de todo, borra de tu existencia la culpa.
Un fuerte abrazo.
Algunas citas, como es habitual...
"Cuando la culpa es de todos, la culpa no es de nadie" (Concepción
Arenal)
" Las injurias son las razones de los que tienen culpa" (J.J.
Rousseau)
"A la culpa, sigue la disculpa"
"El que esté libre de culpa que tire la primera piedra" (Biblia)
"A grave culpa, suave comprensión"
"De 90 enfermedades, 50 las produce la culpa y 40 la ignorancia"

Cuando nuestros sueños... sólo "sueños son"

Hola amigos,

Después de algunos días sin escribir por motivos personales, vuelvo aquí llena de ilusión para volver a intercambiar pensamientos con vosotros. En este corto tiempo me han ocurrido algunas cosas que me han hecho reflexionar muchísimo acerca de la importancia de nuestros sueños y de nuestra responsabilidad de cuidarlos y hacerlos crecer, sin prisas (está bien...) pero sin pausas demasiado largas...

Para mí, los sueños son los pensamientos más bonitos que podamos tener, ya que están llenos de ilusión, de amor, de belleza, de bondad y de todo lo maravilloso que esta vida nos ofrece. Nuestros sueños nacen desde el fondo del corazón, son la voz de nuestra alma, hecha imagen en nuestra mente y son (estoy convencida de ello) el guión de nuestra vida en un futuro inmediato, siempre que sepamos cuidarlos y los atendamos como se merecen.

El polifacético John Ruskin, escritor, crítico de arte y sociólogo británico, dijo algo que debiéramos no olvidar jamás: "Lo que creamos o lo que pensamos es de gran importancia. Pero más importante aún es lo que hacemos".

Todas las personas tenemos grandes sueños por realizar y pensamos a menudo en ellos. Pero los sueños sólo son esbozos del diseño personal de la vida que deseamos y aquellos, sin la obra del maestro (nosotros mismos) se quedan a menudo en eso, en grandes sueños que no se convierten nunca en realidad. ¿Por qué no trabajamos por cuidar y hacer crecer esos deseos que todos tenemos guardados en nuestros corazones? La gran enemiga de nuestros sueños es la postergación condicional, que los aniquila, disfrazada de expresiones como "cuando tenga dinero...", "cuando mis hijos sean un poco más mayores...", "cuando consiga un trabajo mejor...", cuando, cuando, cuando... Aquí va mi propuesta: ¿Cuándo cogerás el toro por los cuernos de una vez?

¡CUÁNDO VAS A IR A POR TUS SUEÑOS SIN EXCUSAS!
Esos "cuandos" no son más que la justificación de nuestra falta de valor, nuestra falta de voluntad, nuestra falta de confianza en nosotros mismos y lo que es peor, nuestra falta de autorización de que la vida que deseamos es la que exactamente la que nos merecemos... Parece obvio que si no hacemos nada y nos conformamos, si seguimos actuando de la misma forma en que hemos actuado hasta hoy (excusándonos), no nos equivocaremos... Y yo te pregunto:

¿SEGURO QUE NO NOS EQUIVOCAMOS?

Me parece que sí, que nos equivocamos (y mucho). Al no actuar, estamos actuando... pasivamente vemos pasar nuestra vida por delante, llena de esas excusas con las que mal convivimos para justificarnos. Y cada vez más, nuestro corazón se va poniendo triste, en todos aquellos momentos en que debe reprimir y callar la voz de nuestros deseos más íntimos. Nadie está a salvo de no equivocarse. Si actúas, incurres en el riesgo de equivocarte y fracasar. Pero si no actúas, ya has materializado el riesgo, ya has fracasado. ¡Qué horror! ¿No te parece? Nuestros sueños se vuelven realmente imposibles por el efecto de nuestra pasividad, ya que los destruimos para siempre. El problema es que destruimos sólo la posibilidad de que se manifiesten como parte de nuestra vida exterior pero (mala noticia) nuestro yo más profundo sigue deseando, sigue imaginando, sigue soñando una vida mejor y se reprime una y otra vez hasta la depresión, el estrés, la falta de entusiasmo e incluso la pérdida de las ganas de vivir.

TÚ ERES EL RESPONSABLE DE HACER TUS SUEÑOS REALIDAD

Olvídate de que venga un héroe o caballero blanco a rescatarte de tu letargo. Sueña, clarifica tus deseos y ponte en acción, lucha por lo maravilloso que esta vida te ofrece y rechaza imitaciones vitales que no van contigo. Sólo cuando te autorices a decir sí a una vida mejor, lucharás inconscientemente contra tus propias actitudes conformistas y dilatorias, contra tus excusas y justificaciones. Sólo cuando tú sueñes de verdad, con todas las consecuencias, sabiendo que es tu misión conseguir "tu vida soñada", sólo entonces, lo conseguirás.

¡ACTÚA! (...PERO DE VERDAD)

Y actuar es dar el primer paso, sin miedo, como cuando aprendiste a nadar, a montar en bici, a multiplicar y a dividir... Siempre hay una primera vez para todo, cuando todo parece más complicado de lo que realmente es. Sin embargo, cuando pruebas (y lo haces con verdadera pasión y valor) casi siempre tienes éxito ya que, la vida es sabia y si hace crecer en nosotros los sueños y deseos personales es porque nos ha dado los recursos que nos capacitan para hacerlos realidad. Y si al principio no ves todo el camino, no te preocupes, da un paso, luego otro y la vida se ocupará de ir mostrándotelo poco a poco, a medida que estés preparado.

Espero que este post nos sirva a todos para tomar conciencia de nuestro grado de compromiso: sólo nosotros somos los responsables de nuestra felicidad. Toda acción / omisión tiene riesgo. Si todo lo que hacemos o no hacemos es una elección con riesgos y costes de oportunidad asociados, seamos listos y actuemos luchando por nuestros sueños.

Un abrazo y hasta muy pronto.

Ah! Las citas de hoy:


"La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante" (Paulo Coelho)

"Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él" (George Bernard Shaw)

" Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo" (Aristóteles)

"Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto" (León Daudí)

"Cuando nuestros sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de nuestra realidad" (Ninon de Lenclos)

"Realmente soy un soñador práctico; mis sueños, no son bagatelas en el aire. Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad" (Mahatma Gandhi)

¿Cómo te relacionas con el dinero?


El contenido del post de hoy versa sobre un tema sobre el que he reflexionado durante mucho tiempo: la relación que tenemos las personas con el dinero y cómo la misma puede constituir una limitación a nuestro desarrollo personal y a la consecución de nuestros sueños. Y escribo precisamente hoy porque esta tarde he asistido a una charla en donde el ponente ha expuesto varias de las conclusiones a las que he llegado en este tiempo de búsqueda de respuestas y me ha parecido interesante compartir con vosotros las conclusiones a las que he llegado.


Siempre he pensado que los planes oficiales de educación (primaria, secundaria, universitaria ¡e incluso de postgrado!) no contemplan sesiones formativas para enseñarnos a relacionarnos con nuestro dinero de una forma sana y eficiente. En este ámbito, la educación convencional tiene una enorme laguna y más nos vale empezar a llenarla porque en la mayoría de personas constituye una de las causas principales (si no la más importante) de infelicidad y falta de libertad personal. Piensa en qué información útil tienes sobre tu dinero y si sabes cómo funciona. No te preocupes, una respuesta negativa es la más común.


Estamos en un mundo globalizado, muy tecnológico, que va a una velocidad de vértigo, en donde la adaptación al cambio es fundamental. ¿Y qué hacemos nosotros para adaptarnos? En la mayoría de casos, NADA. Seguimos estudiando la Reconquista como si nuestra vida nos fuera en ello y, en cambio, no distinguimos entre lo que es una inversión y lo que es una apuesta (lo que hace la mayoría de la gente "jugando" en la Bolsa, por ejemplo). Necesitamos urgentemente nuevas herramientas que nos sirvan para sobrevivir en este nuevo mundo, desconocido para muchos y sólo dominado por unos pocos.


Una de las preguntas fundamentales que nos deberíamos hacer en relación a nuestro dinero es: Para qué queremos ganar más? ¿Para qué deseamos ahorrar? ¿Por qué "invertimos" (jugamos a apostar...) en un valor y no en otro? ¿Tenemos claro qué significa tener una hipoteca? ¿Es rentable nuestra política económica personal o si nos preguntan, no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo y sus consecuencias? Y pasando ya a un plano más general, ¿podemos decir que nuestro dinero es un "dinero virtuoso"? Deberíamos tomar conciencia, aunque sea sólo para tener la oportunidad de elegir, sobre conceptos como el consumo responsable y la banca ética, por poner dos ejemplos.


Probablemente si te haces estas preguntas, tu respuesta será que, como la mayoría de los mortales, te hallas perdido en una sociedad capitalista sin freno que no sabe a dónde va, ni para qué va, ni siquiera con quién va... Y tú, en medio de todo este caos, cuando te propones ahorrar o invertir (y también gastar) en una vivienda de propiedad, ¿sabes para qué realmente lo estás haciendo?, ¿has valorado todas las alternativas que tienes al alcance de tu mano y sus costes de oportunidad (a lo que renuncias por elegir lo que tienes hoy y no otras opciones)? ¿A qué te conduce tu actual actitud de gasto, ahorro, inversión e incluso trabajo por cuenta ajena? ¿Te sientes bien con tu actual situación económica o te sientes "atrapado"?


En este primer post sobre nuestra relación con el dinero sólo deseo poner sobre la mesa la oportunidad de reflexionar acerca de nuestra relación actual con nuestras finanzas personales, que pensemos en si hemos fijado alguna vez la finalidad de nuestras acciones económicas y patrimoniales, las cuales deberían ser coherentes con nuestro sistema de valores y nuestra lista de sueños personales. Muy probablemente, cuando hayas realizado tal diagnóstico, descubrirás que estás trabajando para una empresa con la que no compartes valores fundamentales para ti, o bien tienes un negocio que no te gusta nada, o quizás gastes todo lo que ganas en necesidades supérfluas de alta combustión emocional.

Propongo en esta primera exposición que desarrollemos una "mentalidad económica". Debemos tener nuestro particular sistema de valores sobre el dinero y actuar en consecuencia para, después de un proceso de optimización de nuestras finanzas y un alto grado de compromiso en realizar algunos cambios en nuestra vida, CONSEGUIR UNA RELACIÓN FELIZ CON EL DINERO, la cual se basa en creencias potenciadoras de la prosperidad. Debemos conseguir que EL DINERO TRABAJE PARA NOSOTROS y no nosotros para él.


En la próxima entrega, os cuento más. Hasta entonces, os animo a que os autodiagnostiquéis para saber dónde estáis y que soñéis dónde os gustaría estar.


Un abrazo.
"Bienaventurado el que tiene talento y dinero, porque utilizará bien éste último" (Menandro)
"Con el dinero a menudo sucede lo mismo que con el papel higiénico" (Upton Sinclair)
"Dinero: un buen siervo pero un mal amo" (Alexandre Dumas -hijo-)
"El secreto de mi éxito está en vender como si estuviera en quiebra, pagando como si me sobrara el dinero" (Henry Ford)
"Era tan pobre que no tenía más que dinero" (Joaquín Ramón Martínez)

¿Para Qué? versus ¿Por Qué?


Siguiendo con el tema del autodescubrimiento, el crecimiento personal y la mejora de nuestro ser, sugiero sustituyamos el tradicional "¿POR Qué?" por una nueva y constructiva pregunta "¿PARA Qué?"

Generalmente, cuando nos hallamos en plena introspección, solemos identificar nuestros puntos fuertes y débiles, fijamos nuestras metas y pensamos en nuestros sueños en función de nuestro pasado, haciéndonos preguntas como: "¿POR qué me ocurrió tal o cual cosa?","¿POR qué siempre actúo así?", "¿POR qué no me llevo bien con tal persona?".

Os propongo sustituir ese heredado "¿POR qué?" por un proactivo "¿PARA qué?". Partiendo de la premisa que el pasado, pasado está y no existe y cuando existió, fue fruto exclusivo de nuestras elecciones en cada momento, al valorar sobre la vida que elegimos llevar de ahora en adelante deberíamos pensar en responder a las siguientes cuestiones: "¿PARA qué elegimos esto o aquello?" "¿PARA qué decimos A y no B?", "¿PARA qué seleccionamos a las personas que deseamos que sigan a nuestro lado?

¡Qué más da el "¿POR qué?" del pasado! (incluso el del presente...). Lo importante es pensar en los múltiples "¿PARA qué?" que determinarán nuestra vida a partir del segundo siguiente. Precisamente clarificando dichos "PARA", nuestras decisiones serán mucho más fáciles porque inevitablemente incorporaremos en nuestro proceso de valoración la opinión de nuestra "esencia personal" (valores, principios y sueños), con el fin de que lo decidido sea coherente con la misma.

Un ejemplo práctico: Si estamos inmersos en una discusión con un hermano o amigo íntimo y estamos a punto de "atacarle" con palabras que le pueden hacer daño, la pregunta más habitual que nos haríamos sería "¿POR qué?" Y la respuesta que seguiría a la misma sería algo así como "Se lo merece", "Él me ha atacado antes", "No soporto que me traten así"...

Mi propuesta es ir más allá, ya que lo que hagamos ahora puede determinar y limitar nuestro futuro para siempre. Si pensamos en términos de finalidad y coherencia con nuestro sistema de valores y objetivos, deberíamos preguntarnos "¿PARA qué?" vamos a hacerle daño y ver si la finalidad es esa o bien estamos disfrazando de agresividad una respuesta que podría ser mucho más constructiva (usando nuestras habilidades relacionadas con la asertividad). Por ejemplo: "Creo que deberíamos dejar de discutir. Probablemente ambos tengamos parte de razón y podamos resolverlo en otro momento, cuando nos calmemos un poco, lo veremos diferente".

Con esta última respuesta, estamos transmitiendo realmente lo que queremos hacer. No queríamos hacerle daño sino "pararle los pies" y lo hacemos de forma no hiriente. La discusión podrá continuar en otro momento, ambas partes tendremos la posibilidad de argumentar lo que creamos oportuno con mayor calma y respeto y la relación no se verá innecesariamente dañada.

El buscar el sentido a nuestras acciones es un buen camino para la mejora de nuestra relación con los demás pero también con nosotros mismos. Si cuando decidimos lo hacemos en términos de finalidad, nos sentiremos más seguros e íntegros y, muy probablemente, no nos equivocaremos tanto como si sólo observamos las causas (esos dichosos "¿Por qué?") que nos han atormentando siempre.

Que seas muy feliz.
Y como no, algunas citas:
"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto y de pronto, toda nuestra vida se concentra en un solo instante" (Oscar Wilde)
"Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia delante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único" (Agatha Christie)
Y la mejor:
" ¿Me preguntas POR QUÉ compro arroz y flores? Compro arroz PARA vivir y flores PARA tener algo POR lo que vivir". (Confucio)