"Mandala" es un término de origen sánscrito. Son diagramas o representaciones gráficas simbólicas y complejas, generalmente polícromas, utilizadas en el budismo y en el hinduismo como representación del universo.
Respecto a la estructura del mandala, el centro del universo se dibuja como un círculo inscrito en una forma cuadrada. A partir de los ejes cardinales, se crean diferentes sectores o partes internas. Su forma concéntrica evoca la idea de perfección, por la equidistancia con respecto a un centro, el del universo (interior y exterior al individuo).
Diversas culturas y civilizaciones han representado mediante infinitos tipos de mandalas las fuerzas que rigen el universo, el ciclo de la vida y han constituido para sus miembros un recurso accesible de apoyo para el desarrollo de la meditación. Mediante el coloreo y dibujo de mandalas, podemos ir entrenando a nuestra mente para conectar con nuestro centro (lo que llamamos alma o esencia personal). Mientras disfrutamos dibujando o pintando, la técnica mandálica nos permite canalizar nuestra energía personal hacia nuestro centro, creando un espacio de introspección en el que viajar a nuestro interior, donde todo fluye y aflora "sin pensar", sólo "sintiendo la energía universal" que conecta con nosotros.
La creación de un mandala debe realizarse en calma, con el corazón abierto a recibir lo que el proceso generará. Y el resultado de dicho proceso tendrá causa y efecto en nuestra mayor o menor predisposición al feedback de nuestro centro que, conectado con la energía universal, nos devolverá nuevos conocimientos, nuevas emociones, nuevas revelaciones con las que podremos seguir creciendo y evolucionando.
Podemos utilizar los mandalas en procesos evolutivos generales (etapas de cambios importantes de nuestra vida) o bien usarlos como medio para la resolución de conflictos o problemas más puntuales y concretos que requieran alto grado de reflexión previa por nuestra parte.
El resultado que supone la práctica de la meditación mandálica para nuestro desarrollo personal surge del espacio personal interior conscientemente abierto a través de la creación de un mandala, que constituye el canal directo y transparente a nuestra esencia natural o alma. El "ser más profundo" se manifiesta y aflora en un proceso que es casi mágico y extremadamente íntimo.
El mandala recibe nuestra energía y nos devuelve una energía "renovada" con la incorporación de nuevo conocimiento que estaba esperando ser descubierto. Dicho conocimiento está en todos nosotros, como infinitesimal parte del "todo" (el universo) pero no nos será revelado hasta que estemos "preparados" para recibirlo. La preparación para recibir no es compleja y consiste básicamente en estar comprometidos a crecer y evolucionar, abiertos a conocer nuevas realidades, dispuestos a recibir el feedback de nuestra alma, que es la portavoz de la energía universal.
Mientras dibujamos y coloreamos, dejamos la mente en blanco, "fluimos" y fruto del proceso creativo-meditativo nace el mandala, como representación material del nuevo conocimiento recibido. Un bonito ejercicio complementario es anotar detrás del mandala la situación o contexto en que éste ha sido creado, así como los resultados del proceso (nuevos conocimientos o emociones) que hemos obtenido. A continuación, para seguir creciendo, está muy bien diseñar un sencillo pero comprometido plan de acción personal que reformule nuestra realidad para cumplir con la "nueva misión vital" que el mandala nos ha transmitido.
Hasta aquí, mi pequeña contribución de hoy. Desde hace poquito que dibujo y pinto mandalas y es una actividad que me encanta. Me produce ilusión al iniciarlos, desarrollo de mi creatividad y bienestar durante el proceso y ricos beneficios espirituales e intelectuales los resultados que obtengo al finalizar.
Espero que, si os animáis a probarlo, os guste tanto como a mi.
Os dejo aquí un link interesante por si deseáis seguir explorando:
También tenéis un video sobre Mandalas en el espacio "Algunos videos para pensar" de este blog.
Un fuerte abrazo.
Gracias por compartir tan lindo artículo sobre los mandalas. Yo soy una mandalera también y disfruto y aprendo mucho de mí misma al crearlos. Es realmente una herramienta de crecimiento personal fabulosa!
ResponderEliminarUn abrazo
Susana Guerini
www.mandalaintuitivo.wordpress.com